viernes, 6 de enero de 2012

AMAR EN BALI (Y COMER Y REZAR)


Mis expectativas de Bali eran confusas. Sabía de su existencia gracias a dos eventos: los atentados ocurridos en dos populares discos en 2002 en donde murieron más de 200 personas y la película de comer, rezar y amar de Julia Roberts; sin embargo, de estos elementos había obtenido la idea de que era un lugar donde se podía ir de fiesta y al mismo tiempo de alguna forma era un sitio espiritual. Resulta que tenía razón y no. De Lombok, la isla hermana, no sabía nada.

Mi percepción de Bali y Lombok, puede ser distinta a la suya como lectores y a la de muchos de los que han tenido la oportunidad de estar ahí, pero al final es  mía y como soy yo quien la comparte, esta vez tendrán que creerme.


BALI
Bali es todas esas cosas: un sitio sagrado con tradiciones profundamente arraigadas, basadas principalmente en su sistema de creencias, pero al mismo tiempo es una tierra llena de paisajes impresionantes que van desde las playas más hermosas con arena blanca y aguas en tonalidades de azul y verde, hasta volcanes y selvas, pasando por los vastos campos de arroz y un sinnúmero de pintorescos pueblitos o comunidades; una isla en donde se pueden practicar cualquier cantidad de deportes, inlcuyendo surf, snorkel, buceo, senderismo y bicicleta, pero también es un lugar de lo más occidental que me he encontrado en el camino, lleno de excesos, franquicias y vendedores ambulantes, vida nocturna en un ambiente tipo cancunezco, donde los protagonistas son en su mayoría australianos. En una frase: hay de todo para todos. El secreto es saber a dónde ir.

Lo que me parece indiscutible, es el hecho de que estas dos islas y probablemente el país entero, tienen a la gente más buena del mundo. Jamás encontré gente tan abierta y servicial que me acogiera de esa manera (aunque se preste para sus sucios pensamientos). A pesar de los muchos turistas que llegan cada año a sus islas, a muchos de los locales sigue pareciéndoles interesante conocer y dar a conocer las distintas culturas y no me queda lugar a dudas, disfrutan compartir.

En esta isla se encuentra Ubud, un pueblo místico y muy pintoresco, centro cultural de Bali, cuyas principales actividades artesanales son el tallado de madera y piedra. Fue en este lugar, tal vez debido a mi vivencia o tal vez a  la propia naturaleza del pueblo, donde llegué a sentirme como en casa.

Fue ahí donde conocí al Sr. Ketut (sí, como el gurú que aparece en la multicitada película de Julia), un viejo amable y de buen corazón dispuesto a hacer lo que estuviera a su alcance para hacer de nuestra estancia -ahí me reencontré con Gaby, quien fue de hecho quien conoció al Sr. Ketut- una experiencia inolvidable, desde rentarnos su magnífica casa en medio de los campos de arroz, hasta enseñarnos a meditar y, en su limitado inglés, explicar la filosofía detrás de ello. Fue también ahí donde conocí a Ibu (Mamá) Dayu, quien le hizo honor a su nombre, cuidando de este humilde servidor como a su propio hijo mientras estuve enfermo y durante toda mi estancia en su hotel, siempre pendiente de cómo me sentía y si volvería o no a casa.

También tuve la oportunidad de forjar una amistad con Sidney, una de las personas más auténticas que he podido conocer a lo largo de este viaje y a Sarah, una hermosa mujer en todos los sentidos, quienes se convirtieron en mis “amigas locales” aún después de que Gaby se había ido, y a Becky, una escritora inglesa de unos treinta años de edad, autora del libro Burgalicious y múltiples blogs, divertida e interesante como poca gente.

En tal ambiente es difícil no enamorarse. Es por eso que pasé los días enamorado de todo lo que me rodeaba, tratando de vivir mi experiencia de relajación al máximo, sin hacer casi nada más que yoga de vez en cuando y tratando de conocer algunos otros lugares de Bali. So riesgo de sonar cursi, aún pienso que este es probablemente el lugar más romántico que he visitado en mi vida.

LOMBOK
Bali y Lombok son dos islas hermanas, separadas por el estrecho de Lombok, en un viaje en ferry de lenta velocidad de aproximadamente 7 horas en el cual la mayoría de los pasajeros son de origen indonés y que sirve de transporte para toda clase de vehículos y mercaderías.

De Lombok, como les dije antes, no sabía nada…y sigo sin saberlo. Mi estancia en aquella isla fue limitada en tiempo y espacio, por decirlo de alguna forma, porque una vez que llegué a Gili Trawangan, no encontré razones para ir a otra parte.

Gili Trawangan es la más grande de las islas Gili, antes de Meno y Air, y es donde se encuentra más ambiente de todas las islas. Pocas veces estuve en un lugar con tan buena vibra. A los 3 días de haber llegado, me sentía el tipo más popular de la isla, saludando a todo mundo al cruzar de un extremo al otro y conociendo cada día a gente nueva.

Además, tuve la oportunidad de convivir con mi amigo Félix, el chileno que conocí en el aeropuerto de Denpasar que cargaba todo su equipo de kite surf, el cual nunca usó durante su viaje y quien a la postre se convertiría en uno de mis mejores amigos de este trayecto, y con Gaby, mi compañera de viaje y amiga, con quienes viví nuevas aventuras para recordar.

Tras una semana en esa isla, varias horas del mejor snorkeling que hecho hasta ahora, un buceo un tanto peor que el snorkel, unas cuantas jarras del licor local, mucho sol, un par de sesiones de cocina con los locales enseñándoles la cocina mexicana y varios nuevos amigos que seguro conservaré durante varios años, regresé a Ubud con un sentimiento de nostalgia por aquello que había tenido. Para mi fortuna, Ubud curó la herida más rápido lo que esperaba.


















Una semana después, tomaba un avión hacia Bangkok para reencontrarme con Gaby y seguir al norte de Tailandia y unos días después, encontrarme con Alex, de quien les hablaré en otra entrada por la importancia que representó durante un largo tramo de este viaje.

3 comentarios:

  1. Wooooow!!! Q envidia! (y de la mala! eh?) Yo quieroooooooo!!!!!!!
    MR

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  2. Driiiiiigo ... breakfaaaaast!!!
    Olvidaste contar que Mama Dayu te bautizó asiáticamente haciendole la vida más fácil a la gente de este continente (jaja!!) : DRIGO

    Definitivamente Bali es la mejor parte del viaje, estoy in love de Ubud!! ... Volveré Tio!!!

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  3. Excelentes destinos Rodrigo. No hay nada como recorrer Angkor Wat en bicicleta o descubrir Vietnam. El Sureste Asiático es otro boleto. Creo que en México hace falta que la gente se de cuenta que hay otros lugares además de Acapulco. Para mi es el mejor viaje que yo hice. Que bueno que estás por allá y que todo ha salido bien. Saludos.

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