Mucha gente me ha felicitado por
atreverme a vivir esta aventura; me han dicho que me envidian, me han
reconocido el valor que se requiere dejarlo todo y buscar aquéllo que te hace
feliz y me han confesado el terror que les ocasiona siquiera pensarlo.
La mayoría de las
veces, cuando alguien se entera del viaje que realicé me dicen "cómo me
gustaría hacer algo asi". Creo que la mayor parte de las veces no es
cierto. Si así fuera, lo harían, pero tienen razones muy válidas para no desearlo realmente. Es normal caer en una zona de confort en tu vida y vivir de acuerdo
a lo que te dijeron tus papás, en la escuela y lo que la propia sociedad dicta.
De hecho, creo que es casi imposible no hacerlo, porque de hacerlo te
convertirías en un inadaptado
social.
A todos aquéllos que les da miedo dejar el estilo de vida que tienen y todo aquello que con esfuerzo han construido para tener una vida más cómoda, para que sus hijos la tengan o para sentir que son aprobados por la sociedad, les digo que tienen TODA LA RAZÓN en sentirlo. No es fácil volver. Créanmelo.
Como les conté en
una de mis primeras entradas de este blog, yo también sentí terror. Y con justa
razón! Pero no cambiaría ni un día de lo que viví en nombre de ahorrarme el
juicio de la sociedad, la incomodidad o la ansiedad que enfrento tras haber
vuelto, porque sé que no soy el mismo que se fue. Porque a pesar de todo aquello
que dicta la sociedad que es aprobado y lo que no, aún hoy trato de vivir de
acuerdo a mis convicciones y, sobre todo, porque nunca sentí tanta libertad
como cuando estuve en el camino.
Hoy más que nunca
sé lo que es vivir, en vez de sobrevivir, y sobre todo, he experimentado la
libertad. Cómo puede alguien que fue preso durante muchos años y después se
liberó aunque fuera por un instante, no cambiar para siempre? El gran desafío es
encontrar el equilibrio entre la libertad de ser auténtico, ser libre y hacer
lo que te apasiona, y no convertirte en un inadaptado social en el intento.
Porque no importa a dónde vayas, siempre habrá reglas qué seguir y creo que el
reto es encontrar ese lugar donde puedes adaptarte a seguir las reglas sin
abandonar tus convicciones y dejar de ser tú.
Así que créanme
cuando les digo que esto de dejarlo todo no es para todos. Pero sí creo que
todos debemos darnos la oportunidad de explorar el exterior y nuestro interior
de vez en cuando porque nos ayuda a crecer como seres humanos y a poner
nuestras vidas y logros en su justa dimensión. Yo estoy seguro que aprendí
mucho sobre mí y que mi forma de ver la vida ahora es un tanto distinta a como era
antes, pero estoy consciente también de lo duro que es aferrarse a eso en una
sociedad que tiene un punto de vista distinto al tuyo.
Algunas otras
personas se refieren a este tiempo que me tomé como "unas vacaciones muy
largas" o "un paseo de mucho tiempo". Mi respuesta siempre es la
misma: para mí esta fue una aventura o un camino de exploración interna y
externa, con mucho de paseo, pero nunca sólo eso. Fue un viaje que requirió
esfuerzo muchas veces, pero un esfuerzo que disfruté porque a pesar de ese
esfuerzo fluí. Y con la narración de una anécdota que explica mejor esto,
termino.
Un día, me
encontraba sentado en un pequeño pueblo llamado Leh, en la zona de Laddakh,
enclavado en los Himalayas en el extremo norte de India, muy cerca de la
frontera con China y Tibet. Mientras leía un libro sentado en un restaurante,
se me acercó una persona que claramente se veía que era de origen Tibetano y me
preguntó qué leía. Le dije el título del libro "Temptations of the West.
How to be modern in India, Pakistan and beyond", y le expliqué lo que
hasta ese momento entendía que trataba el mismo. Así inició una de las pláticas
tal vez más reveladoras de todo mi viaje.
Lo invité a
sentarse y le pedí que me diera su punto de vista sobre algo que llevaba días
revoloteando mi cabeza: cómo nos ven a los occidentales en Oriente; es decir,
cómo se imaginan o entienden que es Occidente y qué piensan de nosotros y de
nuestro estilo de vida. Su respuesta no fue sorpresiva para mí. Me contó que él
viajaba a la costa sur de Francia cada año porque tenía amigos muy queridos ahí
y que pensaba que los occidentales estábamos perdidos. Que nuestros valores se
habían confundido y que vivíamos estresados en un afán de acumular riqueza con
la que ni siquiera teníamos claro qué hacer. Que esta riqueza nos generaba
intranquilidad y ansiedad y que dividía a las familias y a los pueblos.
Después le
pregunté algo que para mí era clave en el entendimiento de esta vida y que
llevaba meses tratando de averiguar y nunca nadie me había podido explicar con
claridad, o que yo no había sabido entender: Hasta qué punto debo aceptar y
hasta qué punto debo intentar cambiar las cosas. Qué tanto debo esforzarme por
tener o llegar a ser o cambiar lo que me rodea. Me dijo que no debía esforzarme
porque el Universo mismo se encarga de proveer lo que te toca. Esta respuesta sí
me ocasionó un shock y provocó en mí frustración e impotencia que se tradujeron
en un ataque de preguntas con el objeto de probarle lo erróneo de su filosofía
de vida. Lo cuestioné sobre sus viajes a Francia, sobre las dos agencias de
viajes que poseía, sobre su casa que era un poco menos que humilde (según él
mismo me dio a entender).
Finalmente se
explicó con mayor claridad y me dijo: "no te debes de esforzar hasta el
punto en que dejes de disfrutarlo. Cuando realmente amas lo que haces y crees
profundamente en ello, no te costará trabajo, al contrario, no lo harás
únicamente por el resultado, sino gozarás el proceso mismo. Así, en el momento
en que te cueste trabajo, es decir, que ya no lo disfrutes, déjalo, porque
estarás forzando al Universo". Me tomó un buen tiempo entenderlo, pero hoy
creo firmemente en eso que me enseñó aquél señor Tibetano en un remoto pueblo
de India mientras yo trataba de entender la vida un poco más. El reto diario es
identificar en qué momento el sueño se ha convertido en una carga y abandonarlo
o replantear el camino. En esa tarea seguiré trabajando hasta que caiga
nuevamente en la zona de confort en donde ni siquiera me lo cuestione o, probablemente,
el resto de mi vida.
“El viaje más largo es el que se hace hacia el interior de uno mismo”. Dag Hammarskjöld.
Rodo que bueno saber que disfrutaste cada momento de este viaje maravilloso que has hecho a tu yo interior, que has aprendido y has crecido. Estoy convencida de que ese viaje es muy valioso y durará para toda la vida; pues como bien dices, el que volvió no es el mismo que se fue, y es mejor sin duda alguna.
ResponderBorrarContinúa reflexionando y encontrandote a ti mismo, es una tarea que nunca termina. Muevete entre lo claro y lo oscuro, pues todo tiene un matíz distinto. Un abrazo enorme. :*
Rodo que bueno saber que disfrutaste cada momento de este viaje maravilloso que has hecho a tu yo interior, que has aprendido y has crecido. Estoy convencida de que ese viaje es muy valioso y durará para toda la vida; pues como bien dices, el que volvió no es el mismo que se fue, y es mejor sin duda alguna.
ResponderBorrarContinúa reflexionando y encontrandote a ti mismo, es una tarea que nunca termina. Muevete entre lo claro y lo oscuro, pues todo tiene un matíz distinto. Un abrazo enorme. :*
Que alegría saber que lo leíste y más alegría ver que lo comentaste y recibir ese consejo tan valioso que trataré de seguir cada día. Te mando un fuerte abrazo y espero que me hagas saber dónde estás y cómo te encuentras. Rodrigo
ResponderBorrarHola Rodris; antes que nada dejame felicitarte por lo bien que escribes y plasmas tus ideas, casi casi me sentí en tu viaje (de lo que ya leí, todavía no lo termino)...
ResponderBorrarAhora que sientes que esa AVENTURA está llegando a su fin, me gustaría que sepas que me hace muy feliz ver que un amigo tan querido para mi, como lo eres tu, haya tenido esta maravillosa oportunidad de VIVIR, COMER, REZAR Y AMAR... jajajaj definitivamente son las actividades básicas para cualquier ser humano...y obvio note voy a decir que espero te hayan servido, pues por lo que respecta a mi, tuve la oportunidad de escucharte y SI veo que te sirvió y lo mejor de eso es que lo compartes y que tus vivencias ayudan a otros a superar cualquier circunstancia no grata de la vida. Si bien es cierto que cuando atravezamos acontecimientos que nos marcan, también lo es el hecho que de tu sensibilidad se pone a flor de piel y pude percibir y comprobar que tu calidad humana es sencilla y noble, y que sabes muy bien lo que no quieres. TQM CONSEN. y te deseo lo mejor!.
Consen: Gracias por tomarte el tiempo de leerme, por las palabras de aliento y el cariño que me das. Y gracias de corazón por convertirte en una extensión de mi familia, que buena falta hace de vez en cuando. Yo sé que tú también eres mi guía en momentos de oscuridad y sólo trato de retribuir en la medida de mis posibilidades.
Borrar"El reto diario es identificar en qué momento el sueño se ha convertido en una carga y abandonarlo o replantear el camino"
ResponderBorrarCoincido,gracias.
Y