lunes, 10 de junio de 2013

SALDO DEL VIAJE (HASTA HOY)

Mucha gente me ha felicitado por atreverme a vivir esta aventura; me han dicho que me envidian, me han reconocido el valor que se requiere dejarlo todo y buscar aquéllo que te hace feliz y me han confesado el terror que les ocasiona siquiera pensarlo.

La mayoría de las veces, cuando alguien se entera del viaje que realicé me dicen "cómo me gustaría hacer algo asi". Creo que la mayor parte de las veces no es cierto. Si así fuera, lo harían, pero tienen razones muy válidas para no desearlo realmente. Es normal caer en una zona de confort en tu vida y vivir de acuerdo a lo que te dijeron tus papás, en la escuela y lo que la propia sociedad dicta. De hecho, creo que es casi imposible no hacerlo, porque de hacerlo te convertirías en un inadaptado social.

A todos aquéllos que les da miedo dejar el estilo de vida que tienen y todo aquello que con esfuerzo han construido para tener una vida más cómoda, para que sus hijos la tengan o para sentir que son aprobados por la sociedad, les digo que tienen TODA LA RAZÓN en sentirlo. No es fácil volver. Créanmelo.

Como les conté en una de mis primeras entradas de este blog, yo también sentí terror. Y con justa razón! Pero no cambiaría ni un día de lo que viví en nombre de ahorrarme el juicio de la sociedad, la incomodidad o la ansiedad que enfrento tras haber vuelto, porque sé que no soy el mismo que se fue. Porque a pesar de todo aquello que dicta la sociedad que es aprobado y lo que no, aún hoy trato de vivir de acuerdo a mis convicciones y, sobre todo, porque nunca sentí tanta libertad como cuando estuve en el camino.

Hoy más que nunca sé lo que es vivir, en vez de sobrevivir, y sobre todo, he experimentado la libertad. Cómo puede alguien que fue preso durante muchos años y después se liberó aunque fuera por un instante, no cambiar para siempre? El gran desafío es encontrar el equilibrio entre la libertad de ser auténtico, ser libre y hacer lo que te apasiona, y no convertirte en un inadaptado social en el intento. Porque no importa a dónde vayas, siempre habrá reglas qué seguir y creo que el reto es encontrar ese lugar donde puedes adaptarte a seguir las reglas sin abandonar tus convicciones y dejar de ser tú.

Así que créanme cuando les digo que esto de dejarlo todo no es para todos. Pero sí creo que todos debemos darnos la oportunidad de explorar el exterior y nuestro interior de vez en cuando porque nos ayuda a crecer como seres humanos y a poner nuestras vidas y logros en su justa dimensión. Yo estoy seguro que aprendí mucho sobre mí y que mi forma de ver la vida ahora es un tanto distinta a como era antes, pero estoy consciente también de lo duro que es aferrarse a eso en una sociedad que tiene un punto de vista distinto al tuyo.

Algunas otras personas se refieren a este tiempo que me tomé como "unas vacaciones muy largas" o "un paseo de mucho tiempo". Mi respuesta siempre es la misma: para mí esta fue una aventura o un camino de exploración interna y externa, con mucho de paseo, pero nunca sólo eso. Fue un viaje que requirió esfuerzo muchas veces, pero un esfuerzo que disfruté porque a pesar de ese esfuerzo fluí. Y con la narración de una anécdota que explica mejor esto, termino.

Un día, me encontraba sentado en un pequeño pueblo llamado Leh, en la zona de Laddakh, enclavado en los Himalayas en el extremo norte de India, muy cerca de la frontera con China y Tibet. Mientras leía un libro sentado en un restaurante, se me acercó una persona que claramente se veía que era de origen Tibetano y me preguntó qué leía. Le dije el título del libro "Temptations of the West. How to be modern in India, Pakistan and beyond", y le expliqué lo que hasta ese momento entendía que trataba el mismo. Así inició una de las pláticas tal vez más reveladoras de todo mi viaje. 

Lo invité a sentarse y le pedí que me diera su punto de vista sobre algo que llevaba días revoloteando mi cabeza: cómo nos ven a los occidentales en Oriente; es decir, cómo se imaginan o entienden que es Occidente y qué piensan de nosotros y de nuestro estilo de vida. Su respuesta no fue sorpresiva para mí. Me contó que él viajaba a la costa sur de Francia cada año porque tenía amigos muy queridos ahí y que pensaba que los occidentales estábamos perdidos. Que nuestros valores se habían confundido y que vivíamos estresados en un afán de acumular riqueza con la que ni siquiera teníamos claro qué hacer. Que esta riqueza nos generaba intranquilidad y ansiedad y que dividía a las familias y a los pueblos. 

Después le pregunté algo que para mí era clave en el entendimiento de esta vida y que llevaba meses tratando de averiguar y nunca nadie me había podido explicar con claridad, o que yo no había sabido entender: Hasta qué punto debo aceptar y hasta qué punto debo intentar cambiar las cosas. Qué tanto debo esforzarme por tener o llegar a ser o cambiar lo que me rodea. Me dijo que no debía esforzarme porque el Universo mismo se encarga de proveer lo que te toca. Esta respuesta sí me ocasionó un shock y provocó en mí frustración e impotencia que se tradujeron en un ataque de preguntas con el objeto de probarle lo erróneo de su filosofía de vida. Lo cuestioné sobre sus viajes a Francia, sobre las dos agencias de viajes que poseía, sobre su casa que era un poco menos que humilde (según él mismo me dio a entender).

Finalmente se explicó con mayor claridad y me dijo: "no te debes de esforzar hasta el punto en que dejes de disfrutarlo. Cuando realmente amas lo que haces y crees profundamente en ello, no te costará trabajo, al contrario, no lo harás únicamente por el resultado, sino gozarás el proceso mismo. Así, en el momento en que te cueste trabajo, es decir, que ya no lo disfrutes, déjalo, porque estarás forzando al Universo". Me tomó un buen tiempo entenderlo, pero hoy creo firmemente en eso que me enseñó aquél señor Tibetano en un remoto pueblo de India mientras yo trataba de entender la vida un poco más. El reto diario es identificar en qué momento el sueño se ha convertido en una carga y abandonarlo o replantear el camino. En esa tarea seguiré trabajando hasta que caiga nuevamente en la zona de confort en donde ni siquiera me lo cuestione o, probablemente, el resto de mi vida.


“El viaje más largo es el que se hace hacia el interior de uno mismo”. Dag Hammarskjöld.


6 comentarios:

  1. Rodo que bueno saber que disfrutaste cada momento de este viaje maravilloso que has hecho a tu yo interior, que has aprendido y has crecido. Estoy convencida de que ese viaje es muy valioso y durará para toda la vida; pues como bien dices, el que volvió no es el mismo que se fue, y es mejor sin duda alguna.

    Continúa reflexionando y encontrandote a ti mismo, es una tarea que nunca termina. Muevete entre lo claro y lo oscuro, pues todo tiene un matíz distinto. Un abrazo enorme. :*

    ResponderBorrar
  2. Rodo que bueno saber que disfrutaste cada momento de este viaje maravilloso que has hecho a tu yo interior, que has aprendido y has crecido. Estoy convencida de que ese viaje es muy valioso y durará para toda la vida; pues como bien dices, el que volvió no es el mismo que se fue, y es mejor sin duda alguna.

    Continúa reflexionando y encontrandote a ti mismo, es una tarea que nunca termina. Muevete entre lo claro y lo oscuro, pues todo tiene un matíz distinto. Un abrazo enorme. :*

    ResponderBorrar
  3. Que alegría saber que lo leíste y más alegría ver que lo comentaste y recibir ese consejo tan valioso que trataré de seguir cada día. Te mando un fuerte abrazo y espero que me hagas saber dónde estás y cómo te encuentras. Rodrigo

    ResponderBorrar
  4. Hola Rodris; antes que nada dejame felicitarte por lo bien que escribes y plasmas tus ideas, casi casi me sentí en tu viaje (de lo que ya leí, todavía no lo termino)...
    Ahora que sientes que esa AVENTURA está llegando a su fin, me gustaría que sepas que me hace muy feliz ver que un amigo tan querido para mi, como lo eres tu, haya tenido esta maravillosa oportunidad de VIVIR, COMER, REZAR Y AMAR... jajajaj definitivamente son las actividades básicas para cualquier ser humano...y obvio note voy a decir que espero te hayan servido, pues por lo que respecta a mi, tuve la oportunidad de escucharte y SI veo que te sirvió y lo mejor de eso es que lo compartes y que tus vivencias ayudan a otros a superar cualquier circunstancia no grata de la vida. Si bien es cierto que cuando atravezamos acontecimientos que nos marcan, también lo es el hecho que de tu sensibilidad se pone a flor de piel y pude percibir y comprobar que tu calidad humana es sencilla y noble, y que sabes muy bien lo que no quieres. TQM CONSEN. y te deseo lo mejor!.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Consen: Gracias por tomarte el tiempo de leerme, por las palabras de aliento y el cariño que me das. Y gracias de corazón por convertirte en una extensión de mi familia, que buena falta hace de vez en cuando. Yo sé que tú también eres mi guía en momentos de oscuridad y sólo trato de retribuir en la medida de mis posibilidades.

      Borrar
  5. "El reto diario es identificar en qué momento el sueño se ha convertido en una carga y abandonarlo o replantear el camino"
    Coincido,gracias.
    Y

    ResponderBorrar