LA ISLA TORTUGA

En esta entrada me voy a pasar de largo muchos lugares y mucho tiempo del viaje, porque de otra manera no podré actualizar el estatus, ya que no tengo acceso a internet todo el tiempo.  Así que después les contaré sobre el viaje en las ciudades de España, Bélgica, Alemania, Holanda, República Checa, Eslovakia, Reino Unido, la India, Nepal y algunas otras poblaciones de Tailandia.

El día 20 de septiembre llegué a Koh Tao, la Isla Tortuga, para realizar mi curso de open water diver. 

Koh Tao es una pequeña isla en el golfo de Tailandia, de alrededor de unos 21 kms² de extensión, en donde la actividad principal es el buceo. Para llegar a ella, de casi cualquier parte, hay que tomar los medios de transporte que se utilizan para ir a casi cualquier isla aquí, en Tailandia: un autobús y un ferry.

No es fácil recorrer la isla por tierra, ya que es montañosa y muchos caminos no tienen pavimentación, por lo que al día de hoy, aún tengo pendiente una parte. Aunque en moto se puede ver las partes oeste, noroeste y suroeste, llegar a otros puntos es un poco más complicado, por lo que se recomienda ir por mar.

La isla está formada por varias comunidades de buzos, que trabajan en más de una veintena de escuelas de buceo, por donde pasan miles de gentes para certificarse cada año. Muchos de los que trabajan en las escuelas son gente que se establece temporalmente aquí para ganar un poco de dinero y seguir viajando. 

Tal es el caso de algunos de nuestros nuevos amigos: Fran y Rosy, Emi, mi instructor, Sergio, Sebastián y los Javieres (el argentino y el español), quienes trabajan con una de las escuelas de buceo más grandes del mundo, llamada Ban’s. Es ahí donde hice mi curso.

El curso open water diver en Ban’s, al igual que en la gran mayoría de las escuelas de buceo según pude constatar después, cuesta unos 300 usd, con todo el equipo, los instructores y el hospedaje incluido. Esto último es lo que le da un valor agregado al buceo aquí, pues mientras dura el curso no se necesita pagar por el hospedaje.

Así que yo, tras la mencionada cuota, unas horas de teoría, unos ejercicios prácticos en la piscina y 4 buceos en mar abierto, conseguí mi certificación de PADI.

Originalmente nos quedaríamos 4 días, pero con Fran convenciéndonos de que nos quedáramos más tiempo, el plan de irnos juntos luego a Malasia y mi amiga Anouk que venía, decidimos quedarnos una semana más.

Hoy es el octavo día que pasamos aquí y para ser honesto, si no buceas, el tiempo pasa mucho más lento.

Los highlights hasta ahora? Definitivamente mi certificación como buzo, la buena onda que se respira en la isla, que te permite vivir relajado y las “buckets” de Fran.