Hace dos días cumplí nueve meses fuera de
México. Nueve meses de haber iniciado una aventura que me ha llevado a los
lugares más extraños, interesantes, intrigantes y grandiosos que nunca en mi
vida imaginé conocer, tanto externa como internamente.
El día 4, día de mi aniversario me encontraba
en un autobús vietnamita en una cama que más bien parecía una cápsula y sin
batería en la computadora, viajando de Hanoi a Hoi An, trayecto que tomó más de
16 horas. Esta es mi justificación para no haber actualizado mi blog con motivo
de mi aniversario.
Esta entrada, sin embargo, es de extraordinaria
importancia para mí por todo lo que representa, principalmente es un punto de
cambios y decisiones que habrán de definir el rumbo que seguiré los próximos
meses.
¿Saben? Cuando salí de México tenía una
conceptualización de lo que sería mi viaje. Digamos, una fantasía. El resultado
hasta hoy lo tomo como una representación de la vida misma: nunca es como la
esperamos; a veces para bien, a veces, aparentemente, para mal. Hoy estoy en un
punto donde jamás imaginé siquiera llegar.
Si recuerdan, en una de mis primeras entradas
les conté brevemente el propósito del viaje y el plan del mismo pero por las
dudas, se los recordaré. Cuando renuncié a mi trabajo en el IMSS y decidí irme
de México lo hice básicamente por la siguiente razón: mi vida no me gustaba
como era, así que huí de ella; huí de la rutina, de la soledad, de la presión, del
caos, de la soledad…
Y lo hice con la esperanza de que en algún
lugar lejano (Alicante y la India) podría encontrar en mi alma mi pasión y
ponerla a trabajar, despejar mi mente, definir lo que quería de la vida,
terminar con la soledad y encontrar la paz. Lo curioso es que mi método para
ello fue alejarme de todos y tener más soledad. Esto implicó dejar atrás a mis pocos,
pero tan queridos amigos, a mi familia, a mi perra (el ser más cariñoso que
tuve cerca en muchos años), un trabajo que me apasionaba y a mi país.
Hoy, tras haber desvirtuado por completo el
propósito de este viaje, me siento insatisfecho, pero a la vez contento por lo
que he vivido. He alimentado mi mente, mi cuerpo y mi espíritu, pero también he
sido golpeado brutalmente por la realidad, una realidad que me ha enseñado que
no importa cuán lejos vayas, las cosas no llegan mágicamente. Verán, en mi
fantasía, bastaba alejarme de todo lo que conocía y cambiar de ambiente para
que mi mente se iluminara mágicamente y descubriera mi pasión y pudiera, de
alguna forma, vivir de ella. Esperaba, además, que por el solo de hecho de no
tener preocupaciones, encontraría la paz, con un poco de ayuda de la
meditación.
Resulta que en esta vida todo requiere
esfuerzo. Nada llega mágicamente. He tenido esta discusión con mucha gente a lo
largo de mi vida y especialmente, a raíz de este viaje. Incluso para conocer a
tu alma gemela, algo de esfuerzo tendrás que hacer. Habrá quien no coincida
conmigo, pero esta ha sido mi vivencia. Tras haber pasado nueve meses
moviéndome de un lugar a otro, hoy estoy cansado y apenas recientemente
descubrí mi pasión. Siempre estuvo ahí, pero nunca la vi tan claramente. Mi
pasión es ayudar, en cualquiera de sus formas. Servir me llena.
Sin menospreciar el descubrimiento anterior, con
certeza les puedo decir que aún no sé cómo vivir de mi pasión, mucho menos he
encontrado la paz interior ni el amor. He conocido mucha gente. Me aferré a
alguien creyendo que había conocido a mi alma gemela finalmente, pero la vida
(o ella) nos llevó por caminos distintos echando abajo un plan que parecía
llenar todas las expectativas de este viaje: trabajar para una Organización No
Gubernamental en Nepal viviendo con la mujer perfecta.
Ahora, es momento de decidir el siguiente paso.
De dar vuelta a la página y pensar en el plan B, y esta vez hacerlo solo, pues
mi compañera de viaje durante 6 meses, Gaby, también ha seguido su camino. Lo
que resulte del tiempo que me queda sólo Dios lo sabe. Hoy no tengo ni idea,
pero he de hacer un esfuerzo para poner a trabajar mi pasión y seguiré buscando
el amor por el mundo, mientras aprendo a encontrar la paz interior.
Me ENCANTO! Completamente de acuerdo contigo! Nada es mas satisfactorio q AYUDAR! Te mando muuucha luz pa q encuentres la paz interior! Estoy segurisima q en el "plan B" seguiras creciendo!! Disfrutaaa!! Beso
ResponderBorrarMR
Drigo, miss U!!!
ResponderBorrarMy friend muchas gracias por compartir estos 6 meses de vida viajando, descubriendo nuevos lugares, haciendo nuevos amigos, viviendo cada día una experiencia diferente. Sabes, siempre he pensado que estos lugares me los regalaste tú, en realidad como bien sabes mi plan original era Florencia e India pero después de la sugerencia de ir al sureste asiático lo tomé como un regalo de la vida y un regalo de mi nuevo amigo Rodrigo. Un regalo muy especial.
Y hoy estoy realmente feliz de haber experimentado este mundo que al principio me parecia completamente ajeno, lejano y desconocido y hoy lo siento como una parte de mi. Es impresionante como estando tan lejos de casa a la vez puedes sentirte como en casa.
Gracias por todo Drigo, sigue disfrutando de la gente y los lugares, sigue creciendo y sigue alcanzando tus sueños!!!
Besos desde el Mekong Delta!!!
G
te recuerdo siempre.
ResponderBorrarkid.
Con esa perseverancia y valentía, encontrarás lo que buscas. Pero busca desde la serenidad y confianza, no desde la angustia.
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